Mi opinión personal es que aunque existan diferentes interpretaciones, tantas como Maestros, tantas como personas, es mi opinión indisoluble que todas las interpretaciones divergentes, forman un único y convergente AIKIDO.
Un único AIKIDO
Es precisamente, parte de la magia del Arte que practicamos que permite libres interpretaciones, variantes, nos permite poner nuestro aroma, parte de nuestro color, firma, tono, etc.
Ésta riqueza de matices, precisamente, es una cualidad tan perfectamente adaptativa a cada individuo, es precisamente, "aquello" que tiene mucho de la condición de liberación y expresividad artística que conlleva el propio AIKIDO.
Además, permite que cada individuo prospere sobre las variantes que mejor van con sus cualidades físicas, algo no totalmente común en el resto de Artes Marciales. El AIKIDO permite un progreso de la mano de nuestros instructores y maestros, compañeros, y en última instancia, de la mano de nosotros mismos, no únicamente de una persona en concreto.
Porque precisamente es un camino, y este no lo hacemos completamente solos. El trabajo sí que lo hacemos solos, pero no el camino.
Por todo ello, no entiendo a aquellos que tratan de fragmentar y/o seccionar el AIKIDO.
No entiendo ( y no es la primera vez que lo digo en este blog ) ni entenderé a todas aquellas personas que tratan de etiquetar el AIKIDO, a la vez que indirectamente se posicionan como jueces, en una tesitura donde postulan lo CORRECTO / INCORRECTO ( entendiéndose por supuesto, que lo correcto es lo que ellos mismos piensan y hacen )
Me parece de una estrechez mental y una poca visión global extraordinaria, y que conste que aunque no sea de mi agrado, es lícito expresar éstos casos, porque afortunadamente o desgraciadamente existen. Evidentemente tal y como expresaba anteriormente, no olvidemos que el AIKIDO es una herramienta para y por las personas, y que las personas somos todas diferentes ( a la vez que iguales )
El primer ideograma del AIKIDO es EL AI de UNIÓN; y esto debe darse en nuestra práctica. Por eso mantenemos siempre la mente abierta a nuevos tipos de práctica, precisamente porque puede enriquecernos.
Nosotros no nacemos enseñados, nadie nace enseñado. Es la voluntad de ser enseñado y /o las ganas de aprender lo que nos diferencia, quizás. El ser capaz de cuestionarse a uno mismo. Y aquí, toda persona que sepa despertar nuestra voluntad de aprender, sea compañero, maestro, instructor, nos conduce directamente hacia el entrenamiento contínuo y tarde o temprano, al progreso.
Mantener una actitud abierta, estar puramente limpio de corazón, adaptarse a otras maneras y/o estilos
diferentes, para perfeccionar el propio camino, la propia técnica, las propias sensaciones. Todo ello contribuye a hacernos más íntegros, más auténticos, más felices.
Es por ello, que en uno u otro momento determinado de la práctica, es mi opinión que es bueno, abrirse a más instructores, a más maestros, ampliar nuestro espectro de sensaciones, combinar y hacer crecer nuestra paleta de colores, para lograr dar con cuadros más profundos, y a la vez más simples.
Todos pintamos cuadros, unos con unos tonos, otros con otros
Es una situación que debe llenarnos de alegría ( hablo por mis experiencias propias ), ya que de un modo u otro, con todas las personas con las que he tenido el placer de entrenar, han sido las que me han ayudado directa o indirectamente a aprender, he sentido precisamente como todo un trabajo,( su trabajo ) años de estudio y dedicación, me era ofrecido, y además me lo ofrecieron desinteresadamente.
Es por todo ello, que en mi humilde opinión, debemos respetar, debemos mantener la mente abierta y debemos ser flexibles, fluír perfectamente con las indicaciones que nos dan, y abandonar toda clase dposicionamiento fijo, que únicamente detiene y obstruye nuestra mente
Esto me recuerda a la solidaridad que ( aunque cada vez menos ) existe en el mundo de las dos ruedas. Recuerdo hace muchos años, que mi vespa se paró en una carretera y no quiso continuar. Al cabo de un tiempo, paró un motociclista, me preguntó si estaba bien, miró la moto y me dijo: "tienes que cambiar la bujía, llevas?" -No-, "no te preocupes". Dicho ésto, el motorista se marchó a a la media hora llegó con una bujía nueva que me permitió seguir circulando. Agradecido, le dije:
"¿Cómo puedo agradecértelo?
Y me contestó:
" No me lo agradezcas a mi, párate siempre que veas a otro motorista en apuros y nos estaremos ayudando unos a otros"