Suele ocurrir en multitud de ocasiones, que cuando nos viene a la cabeza todo aquello que rodea el mundo de las Artes Marciales, nos imaginamos a personas grandes como montañas, con un cuerpo duro como el acero, una imponente imagen de dominio y seguridad en un cuerpo parco en palabras y generoso en golpes y exhibiciones de precisión, flexibilidad y potencia.
Músculos perfectamente definidos, acrobacias y patadas voladoras, y golpes que rompen la velocidad del sonido. Todo esto, de un modo u otro, nos viene a la cabeza, más o menos a la mayoría.
Normalmente, vemos a un pobre chico de barrio, que es apaleado por otros chicos malos, hasta que un día el pobre chico aturdido por una paliza, encuentra a un maestro que le acepta como alumno, y con mucho esfuerzo, sacrificio y duro entrenamiento, el pobre chico de barrio antes apaleado, ahora pone " en su sitio " a los malos de los que tiempo atrás huía.
Y todo esto además, lo hace en la fiesta de fin de curso del instituto, donde queda como un héroe local, que encima acaba con la chica más guapa a su lado, porque en un último momento, se muestra misericordioso y magnánimo, y no acaba con los malos, si no que les perdona.
Ciertamente, las películas son así
Ya de pequeños, veíamos películas y o leíamos cómics o libros y nos imaginábamos que éramos esos personajes. No hace falta más que ver a los niños disfrazados en Carnaval, por ejemplo, para confirmar lo que digo.
En el mundo de las Artes Marciales, en parte, también ocurre lo mismo.
Hay personas que se adentran en ellas porque "quieren ser como tal actor y hacer tales cosas tan chulas". Otras quieren transformar su cuerpo en una herramienta de precisión. Otros quieren ganar campeonatos.
La verdad es que cada cual tiene un motivo, y afortunadamente, hay muchas disciplinas donde elegir.
La realidad ineludible, es que hay grandes diferencias entre el DOJO y las películas. Casi tanta como entre un DOJO y un lugar donde se practica una disciplina deportiva que carece de DO.
Y es evidente, que a su vez, la suma de disciplinas deportivas, y las Artes Marciales con DO, nada tienen que ver con la realidad de la calle.
La calle es la calle, y ahí es donde estamos sometidos a sus propias normas. No están escritas ni descritas, pero todos las conocemos. Sabemos que es prudente evitar según que personas y/o según que barrios a según que horas.
Este es un factor que mezclado con los anteriores, impulsa la motivación de algunas personas hacia la práctica de un Arte Marcial determinado. Haber tenido una experiencia desagradable, es lo que más nos empuja hacia el camino de saber defenderse. Es un deseo de ser el chico de la película que decíamos antes.
Pero hay otros caminos. Muchos más.
Por ejemplo, y hablando de lo que conozco un poco, está el del AIKIDO.
Qué qué puede aportarte el AIKIDO? -"Ni te lo imaginas"-
El hecho de que no tenga competición, es particularmente atractivo en mi opinión. Muchas personas entonces se preguntan, "pero quién es el mejor luchador de AIKIDO"?
Ciertamente el AIKIDO crea algo más que luchadores, para empezar, crea personas que no necesitan medirse con nada ni con nadie.
Si esto no se entiende, es posible que el AIKIDO no te elija.
Luego existen imágenes preconcebidas de cómo debe ser una determinada persona del mundo de las Artes Marciales, pero en AIKIDO, yo solo conozco personas normales. Absolutamente normales. Es alucinante porque no necesitan exhibirse, ni lucir músculo ni en clase ni fuera de ella.
El AIKIDO es, además, un Arte Marcial moderno, pero basado en conceptos, y estudios marciales de unos de los luchadores más exquisitos de la historia: "los samurais".
Como O´Sensei logró canalizar la agresividad de sus técnicas y transformarla en el fluir típico del AIKIDO ( uke y tori en sintonía ) , a la vez que perpetuó tradiciones y estilo, es algo que escapa a mi entendimiento, que capta mi atención contínuamente y que merece mi más profundo respeto.
Porque el AIKIDO nos enseña a domarnos y dominarnos a nosotros mismos. Y ante una agresión, nos enseña a controlar la situación sin destruír.
Por eso cuando se habla de AIKIDO a menudo se habla del Arte de la Paz, de coordinación, Armonía, etc.
El AIKIDO es además, uno de los pocos Artes Marciales, que destruye el ego. Normalmente, em el tiempo que se invierte en mostrarse más o menos conocedor otro Arte Marcial, en AIKIDO únicamente se sabe rodar por el suelo ( y no siempre bien ) y esquivar ( no sin dificultades ) Esto, como es evidente, supone una destrucción del Ego que pocas personas pueden lograr transformar en un reto contra uno mismo, una especie de "nuevo aliento" a ser mejor uno mismo por uno mismo.
Nuevamente aqui, un tipo de selección que realiza el propio AIKIDO.