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sábado, 1 de agosto de 2015

El amor como elemento fundamental dentro del AIKIDO

Ciertamente, la relación que se realiza entre el concepto de Arte Marcial y Amor, es aparentemente  dispar, tal como sería unificar o relacionar, como solían decir algunos de mis profesores en el colegio, "la velocidad con el tocino".

No obstante, creo, que sí que se da una relación vinculante entre el Arte Marcial y el Amor, aunque tan solo sea en un primer momento, por el concepto de autodefensa, y auto-preservación de la integridad física individual,  y en un segundo plano, más importante que el primero si cabe, creo que deberíamos contemplar al "Artista Marcial" y como en este caso, frente a las hostilidades y conflictos, este si es capaz de preservar no tan solo su integridad física, si no además también la de los elementos en conflicto, y/o agresores o contrincantes externos.

Si bien también es cierto que la imagen que proyectamos mentalmente la gran mayoría,  es la de que el Artista Marcial es un tipo duro, que no dudará en hacer uso de sus conocimientos para destruir a su/s agresores, creo que va siendo hora de romper este concepto equivocado y proponer, que ciertamente, el verdadero Artitsta Marcial intentará por todos los medios eludir, evitar, flanquear el conflicto y si por desgracia no tiene más remedio que hacerle frente,  intentará por todos los medios también, hacer uso justo y proporcionado de sus conocimientos.

Pero esto no quiere decir que el Artista Marcial deba ser un super-héroe, con una moral aparte, con un modus operandi por encima de los demás. En absoluto.  Ya nos decía Shopenhauer ( uno de los filósofos más en conconrdancia con la cultura oriental , precisamente ) : " no tengo porqué hacer todo lo que digo". 
El Artista Marcial es un hombre o mujer normal a todas luces, un personaje que no resalta, que es típicamente un ciudadano más, con todos los problemas relacionados de la vida en sociedad, que logra con mayor o menor éxito salir adelante cada día, como hacemos todos los demás.

Lo que sí diferencia al Artista Marcial del resto es, que ha tomado una decisión por la cual, quiere entrenar su cuerpo, su mente y su espríritu, en una disciplina que trasciende a las modas y a las rentabilidades y estudios de mercado, se trata de un personaje que ha decidido seguir a un maestro ( o a varios ) pero que es capaz de someter su ego en lugar de ponerlo siempre por encima de los demás.

Ser artista marcial ( ahora ya sin mayúsculas y sin negrita ) implica estar predispuesto a vencerte cada día, a reflexionar cada día y a ser consciente de tus errores y hacer por enmendarlos, porque de nada sirve ser consciente de los errores si no podemos remedio o hacemos por poderles remedio.

Ser artista marcial implica, necesariamente, desvincular nuestro yo más egocéntrico para ayudar a los demás, desde la sinceridad, de acto y palabra, desde el amor, desde la empatía y el cariño.

Para no adentrarme por lo tanto, en otras disciplinas de las que no tengo tanto conocimiento, si diré que estos elementos sí se dan de sobremanera en el AIKIDO y son parte indisoluble del mismo

Es además, esta idea del amor, uno de los conceptos más metafísicos que se dan en la práctica, pasando desapercibido quizás, pero plenamente presente. No olvidemos que O´Sensei supo darle, de un modo u otro, un matiz unificador, nivelador, donde todos tenemos la sensación de ir aprendiendo juntos de la mano, y además, juntos hacia algún sitio, aunque cada uno lleve su evolución individual.

La creatividad, es hermana del amor, y en Aikido, hay creatividad más allá de las formas.
El Kihon es necesario, porque quizás resultaría complejo para personas sin una capacidad de "auto-iluminación" ( como somos la gran mayoría ) llegar a entender algunos conceptos.

Cuando hablamos de la fusión de las energías en el momento del encuentro, y de como parece que las técnicas fluyen, estamos acercándonos a esos conceptos limpios y más grandes que nosotros mismos y nuestras capacidades, sensaciones que bien pueden recogerse bajo el amplio espectro de la proyección que el amor crea en nosotros, siendo o no conscientes.

Siento amor cuando cuido a mi uke y siento amor cuando fluyo con mi tori.
Son conceptos que deben entenderse dentro del contexto de la práctica continuada.

Hay otro amor que el AiKIDO nos trae implícito y este es usado por sus practicantes en sus quehaceres cotidianos. Unos lo usan con sus superiores, otros en entrevistas de trabajo, otros con sus subordinados, cada cual hace, por lo tanto AIKIDO, y en cierto modo "AMA" incluso en ocasiones sin ser plenamente consciente de ello.

Y esto, es algo que está muy relacionado con la evolución tras los años de estudio. Si bien en un primer momento uno no es demasiado consciente de lo que está haciendo, tras un cierto periodo uno entiende la dificultad de la práctica, ( de ese tipo de práctica a ese nivel ). Luego sucede, que esto suele olvidarse y tras superar algunos muros, ya no nos centramos en nuestra auto-complaciencia, sencillamente nos arrojamos fuera de nuestra propia evaluación. y  hacemos por ayudar a los demás a hacer.
 Y ahí llega algo que no había llegado antes. Más sereno, más íntimo, más puro.

Cuando empezamos a ser conscientes de nuestra amplia capacidad de amar, mejor Aikido realizamos.
Nuevamente, "sentados en el enorme patio de butacas",  donde sentimos cada día , nuestros días.