Nuestro compañero y amigo Germán Contreras ( 3Dan Aikikai Japón ), de Aikido Esmandíes, Mataró, nos ha cedido otro interesante artículo sobre un tema que creo también se nos ha planteado en alguna ocasión.
"¿Por qué no se enseñan habitualmente técnicas contra patadas en aikido?"
Ciertamente, exsitan quizás muchas respuestas, algunas de ellas, como decía Michael Ende,( el autor, entre otras, de la genial "Historia Interminable" "serán explicadas en otra ocasión y en otro lugar, porque son otra historia")
En este caso, se trata de un texto muy interesante, basado en la experiencia, que nos invita a entender con la imaginación la dinámica de su trabajo ( la intención de lo que explica el autor, )( posiciones, etc ) y que no permite distracción si queremos entender el texto en su totalidad.
Una vez más, se trata de un estilo sencillo, cercano y honesto.
Gracias Germán por compartir tus opiniones con nosotros.
Texto original de Germán Contreras:
Este es un artículo que me pidieron para un foro hará unos cuantos años.
"¿Por qué no se enseñan habitualmente técnicas contra patadas en aikido?
Desde mi humilde punto de vista referente a este tema hay varios puntos a tener en cuenta que en un principio parecen diferentes pero que al final nos acabaran llevando al quid de la cuestión: ¿Por qué no entran las defensas contra patadas en los programas básicos de entrenamiento en aikido generalmente?
En primer lugar como alguien ya ha apuntado anteriormente está el contexto “tradicional” marcial japonés. Hasta la importación del Karate de Okinawa no se utilizaban de manera masiva este tipo de técnicas en Japón, y por ese motivo aparentemente no se tenían en cuenta. Tal vez habría que preguntarse como es posible que habiendo tenido una buena cantidad de guerras con Corea, pais en el cuál si que se utilitzaban este tipo de técnicas, y de manera excelente como todos ya sabemos, a nadie se le ocurrió la idea de importarlas a Japón. O tal vez si que alguien lo probara pero los resultados no fueron los esperados. Me explico:
Desde mi punto de vista la no utilización de este tipo de técnicas viene derivado de la particular idiosincrasia marcial japonesa y en concreto a la no utilización de escudos ni nada que se le parezca remotamente. Esto implica necesariamente (a no ser que se disponga de una ventaja abrumadora) un tipo de táctica radicalmente diferente a cualquiera de las que acostumbramos a encontrar en combates de cualquier disciplina a mano vacía. Por otra parte como muchos ya sabéis el paralelismo con estrategias utilizadas en, digámosle así, duelo con espada japonesa es evidente.
El cuerpo funciona como un muelle listo para reaccionar al menor estimulo y tiene (o tendría que tener) una capacidad de adaptación total. No hay nada predefinido, puede pasar cualquier cosa y con una única acción, tanto por parte de Uke como por parte de Tori, todo queda resuelto (al menos teóricamente). Nada que ver con una situación “clásica” de lucha en la cuál ambos contendientes buscan cerrar la distancia para llegar al combate.
Hace tiempo leí que el aikido, a diferencia de buena parte del resto de disciplinas marciales, se centra en el pre-combate y no en el combate propiamente dicho, y creo que los autores se referían a lo que acabo de mencionar.
En un ataque “estandard” de los que utilizamos para entrenar el objetivo es anular totalmente la capacidad de respuesta de Tori. Esto implica necesariamente el tener prevista la posibilidad de que Tori retroceda. Como ya sabéis alguien medianamente entrenado puede retroceder tranquilamente un metro y algo en menos de un segundo, por lo que es conveniente poder “estirar” el ataque tanto como haga falta. Para eso es necesario poder patinar o, en su defecto, poder seguir andando, cosa que difícilmente se puede hacer ejecutando una patada. Si alguna vez habeis visto un randori limitado a un único ataque en el cuál dicho ataque ha sido, por ejemplo, mae geri, es bastante probable que hayais visto a los ukes sin saber como golpear al encontrarse con un Tori que cambia de posición constantemente.
Por ello, una patada como ataque inicial, es decir, como medio de “definir” cual va a ser el contexto del combate y de intentar “coger la sarten por el mango”, que en el fondo es de lo que se trata, no es la mejor opción ante un aikidoka ya que este no tiene necesariamente que ir a buscar el contacto (del mismo modo que no tiene necesariamente por qué no ir a buscar lo que a Uke en un principio puede parecerle “contacto”). Es decir, no es la mejor manera de intentar dominar “el hara” del Tori para posteriormente reducirlo ya que no hay ningún tipo de seguridad de que se pueda conseguir el objetivo deseado.
Esta podría ser una explicación del porqué no se enseñan técnicas contra patadas. Sin embargo, si bien no creo haber dicho nada erróneo, a mi como respuesta no me basta, por lo que supongo que a vosotros tampoco.
Una patada no es la mejor forma de romper la distancia, pero en el caso que se consiga romper el maai de Tori puede ser una muy buena opción para la segunda o tercera acción. Por poner un ejemplo, suponeos una primera parte del ataque compuesta de Yakuhanmi katatedori y mientra se realiza la acción de cerrar la mano estirando el Uke a Tori hacia él mismo mae geri y jodan tsuki simultaneamente con la pierna y puño contrarios a la mano con la que realizais el ataque como parte final.
Si Tori no controla la acción desde el principio es muy dificil salir de ahí.
Si seguimos desarrollando esta linea de actuación puede ser fácil imaginar un contexto en el cuál no hay un ataque previo para evitar que Tori pueda mantener la distancia pero si hay un “paisaje” que hace innecesario este primer ataque de posicionamiento. Algo tan sencillo como una pared detrás nuestro. Es evidente que aquí cualquier patada bien hecha es perfectamente válida.
Aquí llega el “en segundo lugar”:
¿Como podemos defendernos de técnicas de pateo? ¿Existen técnicas en aikido para enfrentarse a ellas?
No he estado en ninguna clase centrada exclusivamente en esto, y he visto enseñar muy pocas técnicas, pero hace tiempo tuve la suerte de que me dieron la posibilidad de “entrenar” haciendo cursillos de iniciación al aikido, y eso en una ciudad como Mataró hace 18 años era muy interesante ya que había mucha gente centrada en el Taekwondo y el Muai Thai, y evidentemente esta típica pregunta de: ¿y si te dan una patada, que haces? era el pan de cada día. En algunas ocasiones todo fue mal, es decir, no sabían golpear y era muy fácil hacer un tenchinague omote normal y corriente a lo “Por encima de la ley” (eso si, sin clavar al Uke, que tiene que llegar a viejo) por lo que el tema no me aportaba nada. En otras fue mucho mejor y me encontré con gente realmente competente que me demostró que yo no tenía precisamente controlado el tema y me estimuló a estudiarlo en profundidad. La verdad, un chollo, como una especie de UFC pero sin que me dieran una paliza (y sin darla yo, faltaría más) y de buen rollo y con gente de lo más variada.
A raíz de esta primera experiencia la conclusión que acabé sacando es que en buena medida lo que hay que pulir es el posicionamiento inicial al máximo de modo que podamos reaccionar ante cualquier tipo de “estimulo” de manera correcta sea el que sea y que “todo aquello que funciona vale”. Sin ninguna excepción.
Posteriormente estuve buscando la manera de poder profundizar más en este tema pero siempre me encontraba con lo mismo. Aplicar técnicas contra patadas es realmente muy duro (y hasta cierto punto peligroso) para la integridad física de los Ukes, y ese no era el camino.
Por cierto, esta es otra de las explicaciones clásicas de por qué no se estudian técnicas contra patadas en el entrenamiento estandard.
Por otra parte es dificil encontrar Ukes con un nivel suficiente de pateo como para suponer un reto importante, que es otra de las explicaciones clásicas del por qué no se estudian técnicas contra patadas.
A resultas de todo esto estuve dándole vueltas a como me lo podía montar para solucionar este “agujero” y al final opté por buscar lo más similar que tenía a mi alcance y creo que dí en el clavo. Jodori. Pero no únicamente tsuki y shomen. Cualquier ataque posible. Empezando por gedan gaeshi (va realmente bien para aprender a ponerse en el sitio. Y es bastante similar a la dinámica que crea un low kick, por cierto) y continuando con toma katate uchi. Por otra parte el jo se puede mover bastante rápido... y además permite usar las dos piernas y no sólamente una. Si además usamos un poco la imaginación y suponemos que en vez de un jo o un bo tenemos una naginata (o conseguimos una de entrenamiento) el tema comienza a ser muy, pero que muy entretenido...
Una vez estudiada la manera de preparar los inicios de cualquier acción (desde mi punto de vista el 99% de cualquier técnica) me encontré con que tenía un nivel de control lo suficientemente apropiado como para poder practicar con gente técnicas defensivas contra patadas sin riesgo para su integridad física. Cuando digo practicar me refiero a practicar dando yo la clase y haciendo de director de orquesta ya que lo que nunca he hecho bajo ningún concepto es exponerme a que alguien se lesione, no era una cuestión de que yo pudiera aplicar la técnica con un cierto control sino de que estuviera en condiciones de enseñarlas de modo que nadie cobrara, ya fueran ukes o toris.
En fin, llegado a este punto me encontré conque el abanico de posibilidades es bastante superior al clasico de tenchinnague-kaitennague-iriminague. Se puede realizar practicamente cualquier técnica de las habituales, desde el equivalente a Ikkyo hasta el equivalente a Kotegaeshi, pero sobre la pierna o el pie. Eso si, no es conveniente acabar las técnicas porque te cargas al uke.
En resumen, que encontré la manera de poder estudiar técnicas contra cualquier tipo de ataque de piernas (ojo, no quiere decir que las domine, ni mucho menos, sólo que encontré como estudiar al respecto).
Ahora llega el “en tercer lugar”:
¿Alguna vez os habeis encontrado con la necesidad de utilizar el Aikido?
Ahora va una batallita tipo “el día que mi aikido si funcionó”.
Hará unos 4 años me apareció un individuo en una clase bastante curioso, de cada 4 palabras que me dirigia 3 eran sensei, pero a parte del tema folclore, debía de estar mal de la cabeza (demasiadas películas de ninjas y demasiadas pastillas, supongo) y si solo fuera que vino con un traje de ninja zapatillas incluidas, pues ningún problema, sino tenia capital para comprarse un kimono más normal o sólo quería probar, pues no pasa nada. El problema vino cuando a uno de mis alumnos habituales comenzo a hacerle fintas estilo kick boxing cuando lo que tenía que hacer era atacar con shomen uchi. En cuanto vi por donde iban los tiros le dije “eso hazlo conmigo” y en cuanto se acercó y comenzo la acción antes de que se diera cuenta de que pasaba me tenía a su espalda reduciéndole y preguntandole “a ver, chaval, ¿yo ahora que se supone que tengo que hacer contigo?”. La verdad es que fue un problema porque después de ese momento estuvo toda la clase diciendome sensei 4 de cada 4 palabras que decía, y era un verdadero plomo, pero como mínimo le quedo claro que de tonterías, las mínimas. Por suerte despues de las dos siguientes clases que dedique en exclusivo a hacer suburis con el boken se cansó, se largó y me lo quité de encima.
La moraleja de todo esto es que al final todo el trabajo que estuve realizando sobre técnicas contra patadas tuvo su utilidad pero a la hora de la verdad la naturaleza de, digámoslo así, un combate real es bastante diferente a eso y al final resultó que a efectos prácticos lo que vine a hacer fue un aihanmi katatedori ushiro kiri otoshi aunque aquel lo que quisiera fuera lanzarme el empeine a la sien. Lo que ocurrió fue que para lanzar una patada necesitaba apoyarse en el otro pie y ahí fue donde pude entrar yo como Pedro por su casa, y como que tenia los antebrazos donde los tenia, me vino de perlas para provocar una dinámica de aihanmi katatedori. Que quede claro que no reniego del trabajo que hice estudiando técnicas contra patadas y se lo recomiendo a cualquiera que quiera profundizar (del mismo modo que recomiendo sobre todo mucha precaución ya que como he dicho el riesgo de lesión es muy alto) pero creo sinceramente que si en vez de estudiar anecdóticamente técnicas contra patadas lo que hubiera estudiado anecdóticamente hubieran sido las técnicas de base aquel elemento me hubiera dado una buena paliza.
Es por todo esto que he explicado anteriormente que actualmente soy de la opinión de que el motivo fundamental por el cuál no se acostumbran a enseñar técnicas contra patadas es por una simple cuestión de pragmatismo. Es más productivo centrarse en las técnicas de base en un principio, aquellas que trabajan ataques con los cuales pueden anular nuestro maai y que son las que a la larga nos permiten entender la idiosincrasia propia del contexto táctico en el cuál nos movemos, que no en contextos más particulares que entraran mucho mejor en el subconsciente si tenemos una buena base general previa.
Germán Contreras”