Ciertamente, somos muy afortunados de contar con parajes y espacios tan bellos tan cerca de nuestras casas, así que no dejamos de sentirnos agradecidos por ello.
También agradecidos por contar unos con otros, y realizar un entrenamiento que contiene mucho de "misogi "para todos nosotros, por la pureza del entrenamiento a cielo abierto y las sensaciones de la práctica a primera hora de la mañana.
La práctica en sí misma, es el regalo para los que estuvimos allí.